Veinticinco años después de leer el libro en el que está basado y más de veinte años después de plantearme la idea de programar un videojuego algún día, por fin lo he conseguido.
Programado con la herramienta Superglús, El Expreso de los Vampiros es una aventura conversacional realizada sin ninguna pretensión, que he ido desarrollando con muchas ganas e ilusión, tras muchas horas de pruebas, equivocaciones y aprendiendo de mis muchos errores. Que esto último no suene a excusa; se que no es una maravilla de juego, pero es mi juego, y eso para mi ya es mucho.
Cuenta con casi 150 localizaciones - cada una con su propio gráfico - y una buena cantidad de finales distintos - unos buenos, otros malos y otros ni fu ni fa... -.
A falta de pulir algunos detalles, di por concluido el juego el día 18 de marzo de 2011. La idea en ese momento era darle unos últimos retoques, pero por circunstancias personales decidí dejarlo tal y como estaba...
A continuación, os dejo unas cuantas capturas de pantalla:
Insisto, se que no es ninguna maravilla, pero quería hacerlo desde hace muchísimo tiempo. De alguna forma, es una adaptación personalizada de aquello de "escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo", solo que, en mi caso, es "programar un videojuego, plantar un árbol y tener un hijo"; el videojuego ya está hecho, el árbol... bueno, todos los días planto pinos... (en el baño) y lo del hijo ya veremos...
Ahora en serio, para mi haber programado este juego, ha sido una especie de homenaje a mi infancia (ya me estoy poniendo sentimental...): un homenaje a mis padres por comprarme mi primer ordenador - un Commodore 64 y los que le siguieron -, por acompañarme una y mil veces al departamento de informática del Corte Inglés de Argüelles o al Mail Soft de la calle Montera y poner buena cara - aunque estuviesen hasta las narices - mientras yo elegía el juego que quería; a mis abuelos, que me regalaron el libro de El Expreso de los Vampiros; a mi abuelo, que me acompañó a las oficinas de la vieja Dinamic en la planta 29 de la Torre de Madrid...
Por último, quería daros las gracias por el tiempo que habéis dedicado a leérme.
Un saludo y gracias a todos.
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